La verdad sobre el caso Harry Quebert. Jöel Dicker

29.03.2014 12:55

Este superventas ha conseguido intrigarme lo suficiente para que me meta en sus páginas. Traducido a 33 idiomas y premiado en 2012 por el gran premio de novela de la academia francesa desde luego ha sido capaz de engancharme.

Está escrito por Joël Dicker, un profesor de Francés de origen Suizo (de la suiza francoparlante, es decir de Ginebra) que ha pasado un pequeño calvario para convertirse en un escritor reconocido. Pequeño calvario porque su primera novela (Los últimos días de nuestros padres) pasó por varias vicisitudes antes de ser finalmente publicada, terminada en 2009 pero rechazada por las editoriales ganó el premio a entre otras desgracias la muerte del editor que iba a publicarlo en 2010 retrasó la publicación a 2012), pero desde luego el chaval apuntaba maneras cuando a sus 10 años fue nombrado el editor más joven de Suiza. Este libro es realmente su segunda novela aunque se ha publicado en el mismo año de la primera y siguiendo su estela de éxito.

Vamos al lío. Marcus Goldman es un joven escritor que a sus 30 años ha conseguido un grandísimo éxito editorial, en gran parte gracias al apoyo y guía de su profesor y “maestro”, el escritor de éxito Harry Quebert. Cuando se trata de plantear su siguiente libro sin embargo se encuentra con que no aparece la inspiración y que cada vez su situación empeora y se hace más grave, puesto que su editor amenaza con destruirle si no cumple los plazos. Así es como Marcus decide trasladarse a Aurora, el pueblo de New Hampshire donde vive Harry para intentar recuperar la inspiración con su ayuda.

Estando allí lucha contra su bloqueo de escritor y revive su infancia y cómo conoció a Harry, su profesor de la universidad que se da cuenta de su potencial y consigue hacerlo reaccionar y le enseña a luchar (literalmente también, pues ambos practican también Boxeo).

Joël Dicker (de Wikipedia)

Joël Dicker (de Wikipedia)

No será hasta unos meses más tarde cuando se descubra accidentalmente el cadáver de una chica de 15 años en el jardín de la casa de Harry juntamente con una copia de su primer manuscrito titulado “El origen del Mal”. La chica es identificada como Nola Kellergan, una chica desaparecida hace 33 años en misteriosas circunstancias. Así es como Marcus descubre que su amigo Harry había basado su libro en la imposible relación que mantuvo con la niña de 15 años cuando él tenía 34.

Harry termina siendo detenido y acusado del asesinato de Nola y Marcus decide que debe intentar descubrir la verdad y limpiar el nombre de su amigo. Así es como Marcus va indagando en la pequeña y tranquila ciudad de Aurora y va descubriendo todas las pequeñas mentiras y oscuridades que ocultan sus habitantes con la ayuda reticente del teniente Galahowood, un sarcástico policía encargado del caso Kellergan.

Poco a poco Marcus irá descubriendo que mucha gente en Aurora tiene cosas que esconder y que el caso de la desaparición de Nola Kellergan es mucho más complejo de lo que parece en un primer momento.

En este libro hay dos historias en el fondo y las dos me gustan. Por un lado está el propio caso Harry Quebert y por otro está la historia de Marcus y Harry, de alumno y Maestro y los sabios consejos de este último sobre lo que significa escribir y ser escritor. Una de las sorpresas más agradables del libro es esta segunda trama, que abre cada capítulo con cada una de las normas de Harry sobre lo que significa escribir y ser escritor pero que realmente aplican a la vida y suponen un elegante contrapunto filosófico de lo más atractivo. Además del pequeño aspecto de la Meta-historia, vamos que es un libro sobre un escritor que escribe un libro sobre un escritor que escribe un libro ...

Respecto al propio caso policial lo mejor que puedo decir de él es que es una historia en espiral. Lo primero que me ha venido a la mente ha sido la inmortal novela de García-Márquez “Crónica de una muerte anunciada”, no comparo la calidad de uno y otro escritor pero si el estilo de la historia. La muerte de Nola el 30 de Agosto de 1975 se repasa innumerables veces en la novela pero según avanza la investigación vamos descubriendo más detalles sobre ese día y los días anteriores que van cambiando de forma paulatina (a veces radical) el relato de partida.

Esta forma de escribir llena de sorpresas y de giros de guión hace que el lector mantenga el interés a lo largo del libro puesto que en ocasiones un pequeño detalle cambia por completo la historia llevándonos a una nueva vuelta a la espiral que cambia por completo la comprensión del caso. Lo más brillante es que se mantiene siempre con un número muy limitado de personajes de los cuales muchos, incluso los más inocentes tienen algo que esconder y donde nadie es realmente lo que parece habiendo múltiples vínculos enterrados que unen a los distintos personajes.

Me gustan los giros de guión del libro que frecuentemente dan como resultado otro giro aun más radical, te mantienen pegado al libro sin poder dejarlo porque aunque el autor va dando pistas aquí y allá es muy difícil imaginarse quién es el verdadero culpable de la muerte de Nola hasta el final, final, final del libro, con lo cual se mantiene el interés hasta el punto de ir chequeando todo el rato tu apuesta por quién es el culpable .

El final para mi gusto flojea un poco, pero cumple con creces su cometido, es decir, que consigue sorprender al lector y consigue completar esa espiral de historias permitiéndonos entender en realidad qué es lo que ha pasado con la pequeña Nola.

Me gustan los personajes, bien construidos y complejos, aunque alguno sea un poco tópico al principio luego profundiza en todos ellos. Sirva como ejemplo el ricachón Elijah Stern, al que en principio imaginé como un siniestro “Mr. Burns” de los Simpsons y que sin embargo luego se revela como una persona totalmente distinta, y como él muchos otros personajes que te dan sensación de verosimilitud, vamos de que nadie es totalmente bueno ni totalmente malo sino que son “personas reales” con intereses y con conflictos internos (pese a que si, que hay alguno un poco arquetípico, pero perdonable).

Quizá me gustó menos que tardara bastante en incluir en la trama al citado Elijah Stern y a su chófer, vamos que aparecen a mitad de libro suponiendo una sorpresa no del todo agradable para el lector, que me dio sensación del tipo Agatha Christie en la que la solución del caso depende de un personaje nuevo no visible antes para el lector, pero bueno, como luego queda mucho libro por delante y muchos giros de guión no me pareció una “idea feliz” sino algo premeditado por parte del escritor.

 

Lo Mejor: La trama, aparentemente simple pero luego compleja y llena de giros y matices, los consejos de Harry para ser escritor valen oro

Lo Recomiendo, encantará a los aficionados a la novela ligera, quizá a los “hardcore” de la novela negra les puede parecer un poco blandito porque no hay multitud de asesinatos sangrientos ni nada de eso, pero el complemento filosófico es lo que termina de elevarlo a la categoría de gran libro.